No voy a
tratar de sistematizar ni clasificar nada, eso solo llevaría a confusión. Las
sistematizaciones propias de la Tercera Dimensión, no sirven para explicar lo
complejo de las energías que nos conforman. Tampoco uso las palabras en la
cabal definición en el Diccionario de la Real Lengua Española, debido a que
todavía no se han creado los términos para explicar situaciones y fenómenos propios del Astral, pero sé que los
que se desdoblan me comprenderán.
Las personas
que se desdoblan y están conscientes en el Astral, habrán notado en sus
experiencias que inevitablemente se encuentran con personajes extraños.
Muchos
sufren ataques de entidades que los aterran y tratan de someterlos. Muchos
reciben visitas y visiones de figuras divinas que les dicen que deben portarse
bien y salvar a la humanidad.
La mente es
sorprendente. La mente no es el cerebro, sino que es el software que usa la
masa encefálica para expresarse coherentemente a través de algo que el ser humano
ha llamado inteligencia; la Mente, es también una entidad energética
particularizada de la mente absoluta.
La Mente no
es la Conciencia, pero diremos que la Conciencia usa la Mente para resolver
asuntos propios de la Tercera Dimensión y de las otras dimensiones si está despierta.
El uso
productivo de la mente tanto en el Mundo Físico como en el Astral, tiene que
ver mucho con lo conscientes que seamos. Ser consciente, es el proceso de despertar, en el que esta acción
acumula cierto tipo de energía especial, y cuando esta llega una masa crítica,
se da cuenta de sí misma.
La
Conciencia no piensa, usa la mente. La conciencia no siente, usa los
sentimientos. La Conciencia es lo que le da lucidez a nuestros pensamientos y
sentimientos que luego se traducen en acciones.
¿Sirve la
Mente en el Astral? Si no hay Consciencia en el Astral, la mente no sirve de
nada. Somos autómatas expuestos a nuestros sentimientos y pensamientos sin
control. La Mente Astral, es diferente a la Mente con la que nos desenvolvemos
en la Tercera Dimensión. La Mente Astral, es una que si es usada
conscientemente, produce fenómenos tan increíbles que ninguna película de
Hollywood podría replicar.
Si
concebimos el universo como una infinidad de vibraciones, y por tanto sabemos
que todo es energía, entonces tenemos que comprender que todo lo que sabemos,
creemos, sentimos, pensamos, tiene existencia en otra dimensión.
La idea de
Dios que nos inculcaron en nuestra niñez, aun cuando ahora tengamos otra,
pervive y está intacta en otro nivel.
El monstruo
al que temimos de niños, está aún escondido en nuestro subconsciente, pero
también todavía deambula furioso en otra dimensión.
La historia
del OVNI que nos contó papá o el tío, está allí, en nuestra mente, y está en
alguna vibración de la naturaleza. Entonces me pregunto, ¿cuántas cosas
mentales, emocionales, intelectuales hay dentro de nosotros? Millones, o varios
cientos de millones.
Nadie lee,
ve, oye alguna información, y no importa de qué naturaleza sea, impunemente.
Cada cosa que nos metemos en la cabeza, cada libro que leemos, cada imagen que
vemos, cada experiencia que tenemos, quedan grabadas no solo en nuestra
memoria, sino a nivel energético en algún lugar.
Siendo las
cosas así, cuando nos desdoblamos, los primeros personajes astrales con los que
nos encontramos, son nuestras creaciones mentales. Ellas viven en el Astral, y
por increíble que parezca, poseen algún tipo de autonomía.
La dualidad
del ser humano (bien y mal), que fue creada para para el desarrollo de esta
civilización, nos ha hecho concebir el mundo como el lugar donde ese bien y ese
mal están en constante lucha. Ese sistema lleno de villanos malvados y santos
héroes, ha hecho que en nuestra mente esos personajes estén en constante lucha.
Lo curioso de todo es que la lucha no es solo mental, sino que en algún lugar
del Astral, esos personajes están arrancándose los ojos; este conflicto es
beneficioso para esta sociedad. Pero, el bien y el mal; la luz y sombra, son
solo conceptos que el ser humano ha creado para sobrevivir y prosperar como
especie; más allá de eso, ¿tienen otro uso? No. La ciencia está comprobando que
los extremos finalmente se unen. Que una partícula puede ser una onda y una
onda puede ser una partícula. Para el absoluto, nunca hubo contrarios.
La llamada
maldad, es algo que hemos creado al dividirnos y hacer que la ilusión de la
dualidad se manifieste. Esto solo pudo ser posible en un mundo donde lo absurdo
es de uso común. Así la maldad es solo el producto de haber inventado lo malo y lo
bueno, la luz y oscuridad.
Que esta
civilización es una fantasía ya lo han dicho muchos. Pero muchos también se
preguntan, cómo es que en esa fantasía, hemos podido avanzar tanto. Pues la
verdad, no hemos avanzado tanto como creemos. La ciencia y la tecnología, son
los dos aspectos de esta civilización que están llegando a niveles increíbles
en corto tiempo, pero más allá de eso, somos todavía deficientes en áreas
emocionales y mentales. Gran parte de la humanidad sigue creyendo en un Dios de
barba blanca y en ángeles que tienen alas. Otra gran parte sigue creyendo que
alguien pudo haber predicho el futuro y que el fin del mundo está a unos pocos
años. La gente sigue a profetas, maestros, muertos y vivos. Otra parte de la
humanidad, cree que los extraterrestres se van a contactar con cualquier
persona. Si todo esto no es un absurdo, entonces ¿qué puede serlo?.
Todo lo
absurdo de nuestras ideas, creencias, pensamientos, sentimientos, se
manifiestan en el Astral a través de esos personajes que en las primeras
etapas, para unos, son el lado oscuro y malvado; y para otros, el lado luminoso
y bueno.
Es difícil
creer que estos personajes son nuestras creaciones mentales, porque sus
consejos son sabios, o contrariamente, sus amenazas y acciones malvadas, pero
es así. La única manera de darse cuenta, es siendo más consciente en el
Astral para poder tener la capacidad de cuestionarlos y someterlos a pruebas.
Toma muchos
años de duro trabajo desenmascarar a estos personajes y darse cuenta de que son
parte de uno mismo. En el proceso nos damos cuenta de ellos somos nosotros; también
nos damos cuenta de que todo lo que nos dicen, son solo nuestros propios pensamientos.
Si no nos
hubieran enseñado la dualidad, no hubiéramos creado ese conflicto dentro de
nosotros, no hubiéramos creado esos personajes que luchan incesantemente, y probablemente cuando nos desdobláramos,
conoceríamos a los verdaderos habitantes del Astral.
Ivan Guevara
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