En este multiverso, existen partes superiores, estas partes superiores son aspectos energéticos y conscientes de cada uno de nosotros. Esas partes superiores están en otras dimensiones. Muchos les llaman Padre, Madre, Guía Espiritual, Maestro, etc. Lo importante es saber que estos aspectos no están ni son independientes ni están separados de nosotros. Aun cuando hemos olvidado todo esto y hemos estado buscando a Dios fuera, esas partes están en nosotros y son nosotros y solo están esperando que despertemos y nos demos cuenta de eso, para así manifestarse plenamente en nuestras vidas.
Cuando uno se desdobla debe saber que esas partes están sumamente activas “cuidándonos” (vamos a decir en términos humanos). Ellas se encargan, si uno les da la oportunidad, de hacernos vivir experiencias sumamente extraordinarias que cambian el rumbo de nuestras vidas. Nos hacen experimentar, el pasado, presente y futuro para que sepamos que cada acción tiene sus consecuencias. Nos cuidan cuando en el astral nos metemos en problemas y no sabemos qué hacer. En fin, baste decir que estamos a su cargo en todo.
Así, aunque no lo queramos aceptar, aunque no creamos en esas partes conscientes superiores, ellas se están manifestando a cada segundo en nuestras vidas. En realidad cuando oramos a Dios, estamos orando a esas partes superiores que somos nosotros también, y así, cuando oramos, si nos damos cuenta nos estamos orando a nosotros mismos.
Aún en el estado de abandono de si mismo en el que el hombre se encuentra esas partes nunca lo abandonan a uno y siempre están allí para el hijo prodigo que vuelve a casa. Cuando el hijo pródigo vuelve a casa, es cuando después de muchas vidas buscando a Dios fuera, en un momento se da cuenta de que Dios está dentro, y que Dios es uno mismo. Ese momento esas partes conscientes superiores comienzan a actuar con plenitud en la persona permitiéndole ver el mundo de otra manera y así seguir su camino a la libertad.
Así que cada uno tiene un Guía, Maestro, Padre, o como se le quiera llamar, al cual pueden recurrir en el mundo tridimensional o astral cuando lo requiera.
En el mundo astral hay una variedad infinita de energía consciente, seres, entidades, etc. ¿Cómo saber si cuando viene una entidad viene y dice ser tu Padre o Guía? La respuesta es sencilla: DESPERTANDO. Cuando uno está dormido termina siendo víctima de cualquier cosa, extraviándose y creyendo cosas que no son. Las entidades del astral son por lejos más inteligentes y más astutas que cualquier humano, así qué, en un mundo ideo plástico, donde uno puede aparentar cualquier cosa, una entidad del astral empecinada en confundirnos lo hará vistiéndose de maestro, guía o dios, etc. El que no despierta, simplemente será victima de eso. También hay que cuidarse del defecto de la mitomanía. Hay mucha gente que quiere encontrar seres de luz, extraterrestres sabios, maestros, Jesucristo, etc., y los encuentran, debido a que crean todo eso con energía mental.
Morir, abandonar la forma humana con todos sus condicionamientos, es la única forma de encontrar al Guía, Maestro, Padre interno. Buscar a Dios a través de condicionamientos humanos como miedo, ambición, envidia, orgullo, vanidad, fanatismo, mitomanía, etc., no sirve, eso solo nos llevará a encontrar cualquier cosa en lugar de lo que necesitamos.
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