Si es que hemos tenido la suerte de que nuestras prácticas
de Desdoblamiento Astral sean exitosas y hemos despertado en ese mundo, nuestra vida
seguramente cambará radicalmente. La conciencia que se tiene en el Mundo de los
Sueños, es directamente proporcional al realismo con que percibimos ese mundo.
Cuando las experiencias astrales se hacen más que casuales y
comenzamos a tener una historia de vida allá, las cosas se complicarán para el
explorador astral: comenzaremos a vivir dos realidades. Esas dos realidades aun
cuando al principio parecen totalmente inconexas, con el tiempo nos muestran
que están íntimamente unidas. Pero es muy difícil comprender eso en su real
dimensión porque como seres humanos nunca hemos vivido de esa manera. Lo que
generalmente haremos al principio, será creer que tenemos una vida en el Mundo
Físico, donde podemos hacer lo que nos dé la gana, y otra en el Mundo Astral,
donde también podemos hacer lo que se nos antoje; cuando uno hace eso, pierde
la oportunidad de avanzar.
Toma algunos años, en algunos casos muchos, para que la
persona haga conciencia de que despertar en el Astral, está directamente
relacionado con el despertar en el Mundo Físico. Cuando se ha comprendido eso,
uno ha comprendido que, cualquier cosa que haga en su vida en la Tercera
Dimensión, afectará su “vida” en la Quinta Dimensión.
La vida surrealista del que practica Desdoblamiento Astral,
comienza cuando comenzamos a actuar sabiendo que el Mundo Físico y el Mundo
Astral, no están separados. Allí nace la conciencia multidimensional que enfoca
de una manera global todo.
Hay mucha gente que se pregunta el por qué es que ha dejado
de tener experiencias de Desdoblamiento Astral; esas personas no han
comprendido que el Mundo Astral y el Mundo Físico están relacionados. La vida
del explorador astral, no puede ser como la de tanto líder espiritual que hay:
que dice una cosa, y hace otra.
Por otro lado, existe la vida paranoica del que practica
Desdoblamiento Astral. Esta se da cuando no se tienen mucha conciencia en el
Astral y además se goza de predisposición al fanatismo y la mitomanía.
La vida paranoica de una persona que no ha comprendido que
el Astral es un mundo tan sensible a nuestros pensamientos y sentimientos,
creerá todo lo que ve y oye allá. Se creerá un enviado, un elegido; alguien que
tiene contacto con los ángeles, con Dios, con maestros, con extraterrestres,…etc.
Las personas así, no cesan de hablar de sus experiencias y están sumamente
interesadas en que el resto los tenga por especiales.
Comprender que un explorador astral debe formar una psicología
sana y equilibrada, y que no puede andar creyendo todo lo que ve y oye en el
Astral, es ser responsable con uno mismo y con los demás.
Ivan Guevara
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