Cuando niño, si
había alguna cosa que quisiera mucho, pensaba en tenerla cada minuto del día,
me conectaba mental y emocionalmente con él, tanto que comenzaba soñarlo. El
sueños, jugaba con él. Me sentía tan emocionado que nada más en el mundo
importaba. En medio del sueño, me despertaba el sonido de los primeros carros
atravesando bulliciosamente las
calles. En el sueño, sencillamente ocurría que con el objeto entre mis manos, el paisaje iba desapareciendo, mis sentidos poco a poco hacían conciencia del Mundo Físico, abría los ojos: allí estaba mi habitación, mis cosas, y las primeras luces del día asomándose por la ventana. Miraba el cielo raso, las paredes, y en eso, descubría que algo había entre mis manos ¡era el objeto! Lo sentía entre mis dedos, debajo de las frazadas, lo reconocía con el tacto centímetro a centímetro, y sentía sus texturas, sus formas, sus filos y redondeces, sin duda, allí estaba, a unos cebtímetros de mis ojos, escondido por las cobijas.
calles. En el sueño, sencillamente ocurría que con el objeto entre mis manos, el paisaje iba desapareciendo, mis sentidos poco a poco hacían conciencia del Mundo Físico, abría los ojos: allí estaba mi habitación, mis cosas, y las primeras luces del día asomándose por la ventana. Miraba el cielo raso, las paredes, y en eso, descubría que algo había entre mis manos ¡era el objeto! Lo sentía entre mis dedos, debajo de las frazadas, lo reconocía con el tacto centímetro a centímetro, y sentía sus texturas, sus formas, sus filos y redondeces, sin duda, allí estaba, a unos cebtímetros de mis ojos, escondido por las cobijas.
Con confianza, mis
manos confirmaban que el objeto estaba allí, mi felicidad era tremenda. Solo un
momento más en la cama, y cuando ese poquito de letargo que me quedaba, se
fuera, levantaría las frazadas, y vería mi juguete nuevo, brillando, y jugaría
con el todo el día. Entonces, justo en el momento que comenzaba a mover
lentamente mis manos hacia la parte superior de la cama, para poco a poco sacar
mi nuevo juguete, justo en ese momento, el objeto se disolvía entre mis dedos.
Cuantas veces me
pasó eso, otras tantas, la decepción me invadió al final. Esa vez, no sabía que
era lo que estaba ocurriendo. Pasaron los años, muchos años, y aprendí a
desdoblarme. La experiencia me enseñaría luego, que muchas veces, cuando se ha regresado al Cuerpo Físico, sea
de una experiencia de Desdoblamiento Astral, o de un simple sueño, hay un
momento en el que nuestro Cuerpo Astral es el que está percibiendo el entorno,
porque nuestro Cuerpo Físico, aún está dormido. Ese estado se parece tanto al
que tenemos cuando estamos despiertos, que creemos que lo estamos, y, es ese
estado, en el que podía sentir el objeto astral.
Casi todos podríamos
estar despiertos en el Astral, y casi todos, podríamos ser conscientes de cómo
es que nuestra parte inmaterial abandona nuestro Cuerpo Físico cuando dormimos,
y como es que vuelve al despertar, pero no es así. La experiencia me ha enseñado
que, si se practica mucho y se tiene muchas experiencias de Desdoblamiento
Astral, algo despierta en nosotros, muchos lo llaman Conciencia, yo particularmente, por costumbre, uso la misma palabra, pero eso que despierta,
en realidad, es aún desconocido, y por tanto inclasificable, e indefinible.
Eso que despierta,
aunque desconocido (porque no se lo puede clasificar, ni definir), es sin
embargo, algo natural, y es inherente a todo ser humano. Eso que despierta,
vamos a decir, es sacarse la venda de los ojos ¿Pero, qué es sacarse la venda
de los ojos? Es un estado al que se llega muy fácilmente, si uno tiene el
coraje de dejar todo, y de que todo lo deje a uno. Es en ese momento que se
abre un canal por el que empieza a circular cierto tipo de nueva energía.
Cuando ya no se tiene miedo, también uno se estremece, porque recién se da
cuenta de que realmente, en el universo, se está solo; pero también se siente una
extraña alegría, porque al estar solo, no le debe nada a nadie, se es libre.
Llegar a ese estado
para todo el que quiera explorar el Astral, es indispensable, porque llegar a
ese estado, es hacer que se exprese en nosotros un tipo especial de energía de
una frecuencia tal que modifica nuestro antiguo sistema de pensamiento condicionado
por el miedo. Esa energía especial, todos la tenemos, pero está
olvidada, abandonada, la hemos cambiado por un mundo sensorial lleno de juguetes.
Un mundo, muchos
mundos nos aguardan luego de la muerte de nuestro Cuerpo Físico. Para los que
nos consta eso, es fascinante el futuro porque no tiene fin, ni límites. Si
desarrollamos la Conciencia de Ser y la hacemos continua, vamos a poder
experimentar infinidad de nuevas sociedades, conocimientos, sistemas de
pensamiento y sentimiento, seguramente diferentes a todo cuanto hemos conocido
en la Tierra. Para mi no existe mayor reto en el mundo que lograr esto. Para mi
no existe mayor tesoro que el poder existir y Ser, de una manera consciente, más allá de este Cuerpo
Físico.
aprendizxdexmago@gmail.com
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