LA PERFECCION

La  perfección puede definirse también como el estado en que la energía fluye y refluye en un armonioso ir y venir, dar y recibir cada vez más intenso generando en el proceso, paz, armonía, felicidad y sentido de realización. Comprender esto, es comprender el secreto de cómo lograr una vida con propósito.


Generalmente, nos pasamos la vida fuera de este estado tan estimulante. Generalmente, nos polarizamos y pasamos a ser, donadores o receptores de energía según sea nuestra conveniencia, la que está determinada por nuestro estado interior.




En la medida que una persona, paso a paso vaya dándose cuenta, que en alguna época de su vida fue solo un receptor de energía, un vampiro, que vivía gracias a las dadivas energéticas de las personas a quienes engatusaba con actitudes de engreimiento, impotencia, desvalidez, depresión, angustia, etc., para  robar su energía; esta persona si es sincera, tratará de cambiar.


Cuando uno vive así, como un vampiro, esta generando un estado cetrífugo de la energía. Es como una licuadora funcionando a maxima velocidad y sin la tapa correspondiente. Este estado se da cuando no tenemos una vida propia, cuando vivimos la vida de alguien o de algo más. Literalmente es vivir hacia afuera. Cuando no hay energía suficiente que nos haga ser conscientes de nuestro interior  y de lo sagrada que es nuestra vida, vivimos para afuera, y naturalmente, nos desgastamos y agotamos.


El estado centrífugo de la energía se cambia a través del cambio de nuestro estado interno. Lo que más nos hace perder energía, son los estados de tonta auto importancia que se manifiestan con actitudes, como antes dije, de engreimiento, depresión, angustia, miedo, impotencia, pena, etc. La madre de todo esto es la falsa imagen que tenemos de nosotros mismos. La imagen de ser los buenos a quienes nadie comprende y que todo el mundo quiere hacer daño. En fin, somos la pobre víctima sabia, inocente, buena, perfecta que es destrozada por los malos, viles, malvados y perversos familiares, amigos, conocidos, y desconocidos además. Ese estado solo es la manifestación de una baja auto estima, de una total ignorancia de sí mismo y de de una ceguera total acerca de lo que es un ser humano.


Un guerrero no es un vampiro, o mejor, ningún vampiro puede ser un guerrero. Un guerrero aprende a trabajar con su energía no desgastándola ni regalándola absurdamente; ya lo hizo,  ya sabe que ese no es el camino, ya sabe que gracias a esfumar su energía en personas, animales, cosas, dioses, causas, maestros,  vírgenes, santos, etc., se sentía vacio y a la deriva. Así, un guerrero, al darse cuenta, poco a poco irá cambiando su estado emocional y psicológico centrífugo a uno centrípeto; ira rescatando su propia energía esparcida para darle un uso exclusivo; con esta nueva actitud el guerrero se dará cuenta de que nuevos estados internos comienzan a manifestarse en su vida. La sensación de estar permanentemente sereno no importando lo que pase, es un indicador de que realmente se está funcionando con la propia energía y no con otra.


La energía que nos pertenece, la que es generada por nuestros medios, tiene una cualidad, nos da estados de profunda paz, armonía, felicidad y sentido de realización. La energía regalada, robada, vampirizada solo nos da placer inmediato, angustia y depresión cuando se acaba.


Una vez que un guerrero ha logrado rescatar su energía, esa energía será el grano de arena que un día se convertirá en una preciosa perla, si se le dan los cuidados necesarios. La única manera de que esto suceda es mediante la práctica diaria de la perfección. Pero ¿Qué es la perfección? Una vez más, es el estado en que la energía fluye y refluye de forma intensa generando un estado mental de inmensa dicha, paz, serenidad, felicidad y sentido de realización. En este estado somos la vida misma que se expresa libremente a través de cada  una de nuestras células y átomos. Estamos unidos y somos uno con el universo. En nuestro corazón sentimos el vibrar maravilloso y aterrador de la creación.


Entonces ¿Cómo se llega a esto? Se llega a esto, haciendo cada cosa que se hace en la vida diaria a la perfección. Se llega a esto, haciendo que cada detalle de nuestras vidas sea espontaneo y perfecto. Se llega a esto, priorizando nuestro estado interno por sobre todo y valorando nuestra vida, tiempo, sentimientos, pensamientos y actitudes y dándoles no otro uso, si no el perfecto.


Cuando hacemos las cosas de una manera imperfecta, lo sabemos aunque pretendamos negalo, aunque tratemos de ocultarlo y auto engañarnos, en el fondo, sabemos que no hemos sido perfectos, que no hemos dado lo mejor de nosotros mismos, y al saberlo nos sentimos mal.


Hacer las cosas perfectas es la naturaleza del ser humano. Hacer las cosas perfectas es la herencia que todos llevamos del aboluto, es solo que, muchos programas instalados en nuestra mente, inventos de esta civilización, hacen que nos hayamos convertidos en fantasmas sin voluntad y sin conciencia.


Así un guerrero cuyos actos son espontáneos y perfectos, solo puede mirar el futuro sin temor, porque sabe que cada paso que da es firme y seguro. Toda su energía está canalizada a sus propósitos y objetivos y eso solo da como resultado lo que la humanidad conoce como éxito.


Un guerrero está solo y ya no cree en nada, ha rescatado su energía de infinidad de cosas y personas, pero aun así, un guerrero no se siente solo, porque vive una vida con propósito disfrutando de la energía generada a través de su perfección, un guerrero así, ríe porque sabe que las penas del mundo, solo son ilusión.


aprendizxdexmago@gmail.com

Publicar un comentario

0 Comentarios